Rodeando el Complejo podrá perderse en la belleza natural de un parque que se ha ido construyendo con amor y paciencia durante 25 años. Caminando por sus senderos se encontrará repentinamente con rincones encantadores que lo invitarán a la contemplación, al silencio, a la observación y al descubrimiento de flora y fauna que quizás no conocía.
Entre los árboles autóctonos que se pueden encontrar, se destacan las Palmeras Pindó. Además, timbó, ibirapitá, zucara, pitanga, arrayán, arazá, duranta, canelón, coronilla, lantanas.
Completan el paisaje las anacahuitas paraguayas, distintas especies de pinos, hibiscos de diferentes colores, hortensias, tibuchinas, rosales, jazmines, glicinas, azaleas, lavandas, romeros…
Ese entorno forma un ecosistema que atrae una fauna amigable que deleita la vista y el oído: diferentes especies de aves como: carpinteros, benteveos, celestones, boyerines, naranjeros, zorzales, golondrinas, picaflores, etc. Y de vez en cuando, aparecen las amigas tortugas y alguna liebre corriendo rauda.
Los canteros separan ambientes, los bancos llaman a una pausa para la lectura en solitario o a una charla en buena compañía.
Es de destacar el conocimiento y cariño profundo del parque y sus especies por parte del personal del Complejo, siempre dispuesto a brindar más información y a mantener un contacto tan cercano como usted lo requiera o necesite.